02 de abril de 2025

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De Crónicas

ENCUENTROS EN ÁVILA CON SU HIJO ADOPTIVO, EL PROFESOR Y MINISTRO REPUBLICANO FRANCISCO BARNÉS SALINAS (III)

ENCUENTROS EN ÁVILA CON SU HIJO ADOPTIVO,  EL PROFESOR Y MINISTRO REPUBLICANO FRANCISCO BARNÉS SALINAS (III)
ENCUENTROS EN ÁVILA CON SU HIJO ADOPTIVO,  EL PROFESOR Y MINISTRO REPUBLICANO FRANCISCO BARNÉS SALINAS (III)
Jesús Mª Sanchidrián Gallego
  • 30 de Marzo de 2025

12. HUELLA DEL MINISTRO EN ÁVILA.  

Dos fueron los periodos en los que Francisco Barnés Salinas ocupó el cargo de ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes. El primero fue el comprendido entre el 12 de junio al 12 de septiembre de 1933, en el gobierno de Manuel Azaña (Estampa, 17/06/1933). Y el segundo entre 13 de mayo al 4 de septiembre de 1936, en los gobiernos de Santiago Casares Quiroga (Crónica, 17/05/1936) y José Giral (La Voz, 20/07/1936). Fueron en total siete meses ejerciendo el cargo ministerial en la convulsa etapa republicana en la que Barnés dejó una significativa huella en Ávila y España.

Uno de los actos más relevantes de su ministerio fue la inauguración del Teatro romano de Mérida con la representación de Medea protagonizado por Margarita Xirgu, según el texto de la obra clásica adaptado por Unamuno, lo que constituye un grandísimo éxito (Ahora, 20/06/1933). Años atrás, la Xirgu ya había actuado en el Teatro Principal de Ávila con las obras Magada, de Herman Sudermann (DAV, 31/08/1925), y Cancionera, poema dramático de los hermanos Quintero (DAV, 1/09/1925).

            La construcción de nuevos colegios e institutos fue otro de los empeños más señeros de la República, y de ello se ocupó con especial interés Francisco Barnés. Aprovechándose de ello, el alcalde de Arévalo «empezó a hacer gestiones para que sea elevado a Instituto, el actual Colegio de Segunda Enseñanza» (Democracia, 25/06/1933). Para ello, el ministro Barnés visitó Arévalo con el fin de instalar el Instituto de segunda enseñanza y la construcción de grupos escolares: «Se vieron varios edificios y solares para la construcción de los mismos quedando bien impresionados de su visita dado el interés que demuestra para la realización de estos edificios que parece se llevarán a la práctica seguidamente» (DAV, 8/08/1933).

Poco después se concede una subvención al colegio de Arévalo y se aprueba un Instituto en la localidad (DAV, 30/08/1933). Poco antes, en Ávila se había acordado la construcción de una Escuela Normal del Magisterio con sus graduadas anejas (Gaceta, 11/08/1933). Otro de los primeros actos del ministro fue la inauguración del grupo escolar de Diego Álvaro, lo que hizo acompañado de sus hijos Juan y Francisco y de su amigo y diputado Claudio Sánchez Albornoz en un acto populoso con asistencia de autoridades locales y provinciales, diputados, maestros, alcalde y concejales de Ávila, y otras personalidades. El ministro fue obsequiado con dos hermosos manojos de rosas, lo que agradeció diciendo: «viva el pueblo de Diego Álvaro que hasta con flores me recibe» (DAV, 28/06/1933).

También por la correspondencia que se conserva en el Centro de documentación de la Memoria Histórica, sabemos del interés de Barnés, primero como diputado y luego como ministro, por la creación de escuelas en Santa María del Berrocal y Navalosa, a la vez que aprueba la construcción de otras tantas en Arévalo, Navalperal, Piedrahíta y Piedralaves (Gaceta, 30/08-6, 9 y 11/09/1933). Lo mismo que se preocupa por la ordenación de un monte en Casavieja, la reforma de la cuota anual de la contribución de Poyales del Hoyo, la nominación con su nombre y el de José Martínez Linares de una calle en Pedro Bernardo, y las quejas de La Parra por el retraso de las ayudas para remediar el paro y sobre su anexión a Arenas.

Por otro lado, fueron numerosas las cartas de todo tipo que recibía el diputado y ministro Barnés de alcaldes y ayuntamientos, militantes y simpatizantes de su partido. Un ejemplo lo tenemos en las enviadas por el alcalde de Mingorría pidiendo su intervención para la favorable resolución de una instancia sobre canteras, condonación de cargos contributivos y creación de escuelas (Pares, PS-MADRID, 2464,120,2). Todavía se recuerdan en algunos pueblos del Valle Amblés y del Corneja sus frecuentes encuentros con jornaleros y labradores sacompañado de Eladio Hernández Fuentes, diputado provincial y concejal socialista que fue de Casas del Puerto. En otra ocasion, me comenta Serafín de Tapia, Barnés envió un talón a la Agrupación Republican Feministas de Ávila para adquisición de dos máquinas de escribir Royal, «esperando que con ellas se hagan grandes prosélitos de propaganda en la provincia, que bien necesitada está de ellos. Saluda a tu padre», escribió Francisco Barnés a Manolita Martínez-Conde (AHPAv, carta de 23.11.1933).

Entre los nombramientos que hizo Barnés siendo ministro figuran el del escultor Juan Luis Vassallo Parody como profesor interino auxiliar de Modelado y Vaciado de la Escuela de Artes y Oficios Artísticos de Ávila, luego designado delegado de Gobierno en el centro (Gaceta, 20/12/1933), cargo en el que permaneció hasta 1936. Vasallo esculpe entonces un busto de Barnés en madera de caoba (DAV, 26/06/1934) y tres figurillas de mujer que fueron regalos de boda para sus hijas. Otros nombramientos fueron el del magnate presidente de la Hispanic Mr. Archer Milton Hungtinton, como Patrono honorario del Museo Nacional de Arte Moderno (Gaceta, 29/07/1933). También nombró director general de Primera enseñanza al que fuera director de la Normal de Magisterio y alcalde de Ávila José Martínez Linares, cargo este en el que había cesado (Gaceta, 9/08/1933). Una nueva crisis de gobierno propició la dimisión de Azaña y el nombramiento de Lerroux, quien propuso a Barnés seguir de ministro, a lo que éste renunció (DAV, 11/09/1933), sucediéndole entonces en el cargo su hermano Domingo Barnés.

13. HOMENAJES Y ACCIÓN POLÍTICA.

Después de abandonar el ministerio, Barnés es homenajeado por los maestros de Ávila con un banquete (La Libertad, 19/09/1933). También en su honor, el Claustro de Profesores del Instituto de Arévalo, el 13 de noviembre de 1933, por unanimidad, acordó proponer dar su nombre al centro: «El Sr. Director [Manuel Díez Tortosa] propone a los reunidos que, teniendo en cuenta las relevantes condiciones personales del ilustre ex ministro de Instrucción Pública y prestigioso Profesor de Geografía del Instituto-Escuela de Madrid, Don Francisco Barnés Salinas, al que tanto debe la cultura nacional por su eficaz actuación al frente del Ministerio, multiplicando los centros de enseñanza, y especialmente la ciudad de Arévalo, por haber patrocinado y favorecido primeramente la creación de un Colegio subvencionado, y más tarde el establecimiento de este Instituto Elemental, se solicite de la superioridad que este Establecimiento docente lleve el nombre de ‘Instituto Francisco Barnés’ en señal de gratitud y para el recuerdo de tan esclarecido Profesor sirva de ejemplo a las generaciones venideras».

La mencionada propuesta debía ser atendida por el nuevo ministro, Domingo Barnés, hermano del homenajeado, quien, en una situación de cambios políticos y la inminente convocatoria electoral, en escrito de 25/11/1933, «agradece la distinción que han acordado hacer a su hermano; pero, al mismo tiempo que la estima en lo que vale, no cree delicado por su parte acceder a la petición de ese Claustro, mientras él ocupe el Ministerio. Si más adelante, cuando él dejase de ser ministro, ese Claustro desea renovar su propuesta a la Superioridad, puede hacer libremente y el Sr. Barnés, por anticipado se lo agradece». Finalmente, dicha propuesta no volvió a formularse

Ante las nuevas elecciones del 19 de noviembre de 1933, la prensa se hace eco del programa electoral del partido de Barnés: Gobernar con el pueblo y para el pueblo, atender las reivindicaciones económicas y aspiraciones socialistas, y ultimar la reforma agraria (La Crónica, 12/11/1933). En dicha convocatoria, Barnés se presenta en la candidatura que encabeza Manuel Azaña por Madrid, aunque no salió elegido (DAV, 23 y 29/11/1933). Tras la victoria radical-cedista, Barnés abandona su anterior partido e ingresa en Izquierda Republicana, ocupando la presidencia de la Agrupación local de Madrid, a la vez que reingresa a su plaza de catedrático en el Instituto Escuela.

En 1935, Barnés participa en la inauguración del grupo escolar de Barco de Ávila ‘Juan Arrabal’ acompañando al ministro y diputado por Ávila Nicasio Velayos. Asisten también las autoridades locales y provinciales y numeroso público, además varias adhesiones, como la de Claudio Sánchez Albornoz. En el acto se reconoce la idea magnífica del ex ministro de Instrucción Pública señor Barnés al haberse conseguido los fines perseguidos, dedicándose por el ministro un caluroso elogio como primer propulsor de la construcción del colegio, con vista al castillo y un concierto (DAV, 2/09/1935).

En solidaridad con Azaña, ante la campaña difamatoria que sufría, firman un manifiesto de apoyo los ministros del bienio: Francisco Barnés, José Giral, Luis Zulueta y otros (DAV, 6/03/1935). Igualmente, Barnés acompaña a Largo Caballero en coche para su ingreso en prisión preventiva en el proceso por rebelión militar del que fue absuelto (DAV, 13/11/1935), mientras que, en Ávila, días después, actúa como testigo, junto al arqueólogo Juan Cabré y otros, de la boda de Máxima Ávila Rodríguez con Antonio Molinero, Comisario Provincial de Excavaciones Arqueológicas de Ávila (DAV, 22/11/1935).

Tras la victoria del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, Barnés es nombrado presidente del Consejo de Estado (Gaceta, 25/02/1936), puesto que ocupa durante tres meses hasta su nombramiento como ministro (Gaceta, 13/05/1936). Entonces, hasta el 4 de septiembre de 1936, volvió a ocupar la cartera de Instrucción Pública en el gobierno de Santiago Casares Quiroga, y en el siguiente presidido por su cuñado José Giral, donde destacó por la orientación laicista que imprimió a la enseñanza.

14. NUEVO CARGO MINISTERIAL.

En este segundo periodo como ministro, en lo que afecta a Ávila, el primer contacto se produce el 5 de julio de 1936 en la inauguración en Madrid de la Exposición Nacional de Bellas Artes con asistencia del presidente Azaña (Ahora, 5/07/1936). Entre las obras que se muestran de autores o temática abulense figuran las realizadas por Luis Sanz Martínez (grabado en madera de la catedral), María Cruz Herreros Cervera (grabado en madera del pueblo de Quijas –Santander), Adelina Labrador (Contraluz -aguafuerte y aguatinta-, Porquero -aguafuerte- y ‘En el baño’ –aguafuerte), Alberto Ziegler (aguafuerte de Ávila), José Antonio Alberti (Paisaje de Castilla e Interior de una iglesia’), Antonio Veredas (Bodas del Hada rayo de luz) y Francisco Mateos (Ávila).

También en los primeros meses, Barnés promueve el nombramiento de Manuel Gómez Moreno, autor del Catálogo monumental de la Provincia de Ávila, como vocal de la Junta Superior del Tesoro Artístico (Gaceta, 22/05/1936), y nombra a José Moncó y Pablo Pérez, como director y secretario, respectivamente, de la Escuela Elemental de Trabajo de Ávila (Gaceta, 8/06/1936). Igualmente, aprueba la construcción de escuelas en las localidades de El Ajo, Gutierremuñoz, Mombeltrán, Papatrigo, Sinlabajos, Tiñosillos, Villafranca, Umbrías y Urraca Miguel (Gaceta, 24/05 -28/07/1936). Y en Ávila capital, el compromiso con la educación de Barnés y del alcalde Eustasio Meneses da como fruto el acuerdo de construir el grupo escolar Teresa de Cepeda y Ahumada (Gaceta, 5/07/1936); la aprobación del proyecto de construcción de un nuevo Instituto (Gaceta, 8/07/1936) y la financiación completa por el Estado para la construcción de la Escuela Normal de Maestros que estaba paralizada.

15. HIJO ADOPTIVO ÁVILA.

Aunque la guerra civil impidió que muchos de los proyectos escolares de colegios e institutos aprobados llegaran a término, otros sí que se hicieron realidad durante los mandatos de Francisco Barnés, lo que mereció sucesivos reconocimientos a su labor. Así, Algeciras (Cádiz) le nombró hijo predilecto y en Lorca (Murcia) tiene una placa conmemorativa en el antiguo colegio de La Purísima. Por su parte, el ayuntamiento de Ávila, presidido por Eustasio Meneses, acordó, en sesión del 15 de mayo de 1936, nombrarlo Hijo Adoptivo: «Por las relevantes cualidades que en V. concurren conjuntamente con sus altas dotes intelectuales han dejado en Ávila, donde durante muchos años convivió cordialmente  en una labor docente admirable, una estela indeleble de reconocimiento y admiración efusivos  que el ayuntamiento de mi presidencia en su sesión de 15 del actual exteriorizó y asociándolo a la gratitud que merece el interés mostrado por esta ciudad durante su etapa de representante en Cortes y como titular de la cartera de Instrucción pública».

Como respuesta, Francisco Barnés, con fecha 10 de junio de 1936, escribió: «Sr. alcalde: He recibido la atenta comunicación de esa Alcaldía Constitucional de Ávila, en la que me notifica que, por acuerdo de su presidencia en fecha de 13 de mayo ppdo. se me ha honrado con el título de Hijo Adoptivo de esa capital. Es estricto cumplimiento de mi deber como buen republicano y mi cariño a esa ciudad a la que he dedicado siempre mis afanes y particular atención, no aspiraban en verdad a distinción tan honrosa, que mucho agradezco, ya que la única compensación que me satisface y enorgullece es la misma pureza de mis sentimientos republicanos y de mi amor por la República. Ruégale haga presente a esa Corporación municipal, el testimonio de mi agradecimiento y afecto».

A mayores, en la sesión de 19 de junio de 1936, el señor González Cabello propuso: «Debido al interés y cariño que por la ciudad siente el actual ministro señor Barnés Salinas, estima que el Ayuntamiento deberá corresponder a este proceder proponiendo que la Corporación acuerde la ejecución de un busto del señor Barnés que será colocado en el vestíbulo del nuevo edificio de Escuela Normal, el que sería inaugurado solemnemente el día que se hiciese entrega del pergamino nombrándole Hijo Adoptivo y que solicite de las Superioridad que el nuevo Instituto que ha de construirse merced a la gestión del citado ministro lleva el nombre de don Francisco Barnés Salinas. El señor Meneses reconoce el interés del señor Barnés y se adhiere a la propuesta del señor González Cabello. Igual se manifiestan los demás señores concejales y por aclamación se aprueba la propuesta».

Atendiendo a la propuesta de González Cabello, el Ayuntamiento, el 6 de julio de 1936, decide encargar la ejecución de un busto del ministro al escultor José Luis Vassallo Parodi, para colocarlo en el nuevo edificio de la Escuela de Magisterio. La guerra civil impidió se llevara a cabo dicha idea, como bien ha estudiado Francisco Arrabal López en el libro Eustasio Meneses. De la casa del pueblo a la alcaldía de Ávila (ed. UGT, 2024)

16. GUERRA CIVIL.

Con el Alzamiento Nacional el 18 de julio se declara la guerra civil. En este clima bélico, El Diario se hace eco de duras críticas de la FAE (Federación de Amigos de la Enseñanza), que aglutinaba a los docentes religiosos, defendiéndose de «las declaraciones del ministro Barnés en la Cámara lanzando frases de desprecio a toda la educación de los religiosos» (DAV, 22/07/1936). En otro momento se recrimina a Francisco Barnés «traer aquí [Ávila] la semilla de la funesta Institución Libre de Enseñanza, como uno de sus más temibles corifeos que ganó la voluntad de tanto ambicioso y débil de convicciones que después trajeron las fatales consecuencias de aquella siembra cizañosa» (DAV, 19/10/1936).

En estas mismas fechas, aparte de los fusilamientos y muertes que se producen en la ciudad, son detenidos en Ávila Antonio Cepas, último gobernador de Salamanca que tenía allí su hogar familiar, y también Francisco Barnés González, quien se encontraba en la ciudad de veraneo (DAV, 21/07/1936). Por su parte, el ministro Barnés se hallaba en Madrid, preocupado por proteger el tesoro artístico del país, pidiendo ayuda a la Sociedad de Naciones y creando, el 23 de julio de 1936, la Junta de Incautación y Protección del Tesoro Artístico Nacional. Al mismo tiempo, el 22 de julio de 1936, Francisco Barnés estuvo en Toledo y habló telefónicamente con el coronel Moscardó intentando su rendición, y en agosto de 1936, visita el Teatro de Operaciones del Centro de España en Talavera de la Reina, además de otros frentes, fotografiándose entre las tropas. 

En una entrevista, Ángela Barnés González cuenta así la detención de su hermano en Ávila: «– Mi padre nos propuso a mi esposo [Francisco Bozzano Prieto], y a mí, el 16 de julio de 1936, que nos reuniéramos en Ávila con mi madre [Dorotea] y mi abuela [Adela] para pasar el verano, como solíamos hacer. Estando allí, hicieron rehén a uno de mis hermanos [Francisco], exigiendo para su liberación 25.000 pesetas para comparar un avión destinado al ejército de Franco. Con la venta de unas pocas joyas mías y de mi madre, y gracias a la solidaridad de muchas familias, reunimos 19.000 pesetas, una cantidad que fue suficiente. Mi madre tuvo que quedarse refugiada en un convento de clausura [Las Gordillas] en Ávila, hasta que a finales de 1938 o principios del 39, con una nevada terrible, la permitieron tomar un tren con dirección a Hendaya. Mis padres se reunieron en Carcasson (Francia) y se exiliaron a México sin que yo volviera a ver vivo a mi padre, que falleció en 1947» (60 y más, 281/2009).

Décadas después, la nieta Ángela Giral Barnés, relata aquellos sucesos en Caminando fronteras (Mº. de Justicia, 2019):  Francisco Barnés Salinas, mi abuelo, «creyó que la familia estaría a salvo fuera de Madrid y mandó a su mujer, Dorotea, con su madre, Adela, y su hija menor, Ángela, acompañadas por el marido de esta, Francisco Bozzano, al apartamento que la familia conservaba en Ávila, donde había sido catedrático de instituto y donde por entonces residía su hijo mayor, Francisco Barnés González, ejerciendo como médico. Mi tía Ángela me contó cómo a los pocos días de llegar ellos, Ávila cayó en manos de los rebeldes y enseguida vinieron a arrestar a su hermano mayor, hijo del ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes». Bozzano hizo gestiones para obtener salvoconductos, y a la madre y la esposa del ministro les fueron negados. Acudió para ello al obispo, y lo único que este pudo conseguirle fue que las señoras entraran como huéspedes de pago en el convento de las Gordillas, que era de clausura, en el que permanecieron presas hasta que se consiguió un canje de prisioneros en marzo de 1938».

Sobre dichas circunstancias, El Diario publica el anuncio de la Comandancia Militar de Ávila donde se indica el rescate pagado para la liberación de los retenidos con el eufemismo de «contribución voluntaria» de Francisco Barnés a la «Suscripción pro fuerzas combatientes», por importe de 25.000 ptas. (DAV, 12/08/1936), cantidad a la que se suman otras 4.000 ptas. de «Suscripción para la fuerza pública» (DAV, 19/08/1936). Más aún, se anuncia la incautación de bienes por responsabilidad civil contra el antiguo ministro, lo que también se dirige contra Claudio Sánchez Albornoz, Antonio Cepas (ex gobernador de Salamanca), José Luis Galve de Loshuertos (fiscal de la Audiencia) y otros (DAV, 4/03/1937).

Seguidamente, se ordenó el embargo de todos los bienes de los Barnés (DAV, 1/12/1937), aspecto este investigado por Francisco Arrabal López (Eustasio Meneses, 2024), por quien sabemos que entre los confiscados de la casa y bodega de la calle Pi i Margal (Duque de Alba) nº 10 derecha, figuran una mesa de despacho, un sillón y 6 sillas, un tresillo deteriorado, un armario de luna, una librería grande y un aparador,  que se ponen a disposición del Juzgado de Instrucción Provincial de Responsabilidad Política de Ávila, así como las llaves de la casa y la bodega que están en poder del Gobierno Militar. Los objetos artísticos embargados se tasan entonces en 2.066 ptas., los muebles y enseres en 2.946 ptas., y los libros en 300 ptas., lo que hace un total de 5.312 ptas., sin valorar el enorme daño moral y sentimental por el desmantelamiento de lo que fue el hogar familiar abulense durante treinta años.

Los muebles y enseres incautados a Francisco Barnés también sufrirán sus propias penalidades, dice Francisco Arrabal. Muchos de los objetos incautados fueron a parar al Convento de la Encarnación que ofreció varias dependencias, por lo que solicita al gobernador civil como responsable político en 1938 una remuneración justa o caritativa por el alquiler para poder guárdalos. Según informe de 28 de octubre de 1940 enviado al juez civil especial de Responsabilidad Política, dichos enseres están sufriendo grandes deterioros sobre todo las ropas y colchones por no poder atender debidamente a su conservación. Por ello, el 2 de julio de 1945 la priora de la Encarnación se dirige al gobernador civil para que sean llevados del convento los muebles y enseres restantes dado que necesitaban las dependencias.

Una nueva desgracia se cierne sobre los Barnés en 1937. En ese año muere en el campo de batalla, en el frente de la Casa de Campo en 1937, el hijo menor, Juan Barnés González, quien había decidido enrolarse en el ejército republicano junto con su primo Antonio Giral González después de hacer un curso de oficiales. Nacido en Madrid en 1915, vivió en Ávila con sus padres hasta los cinco años, después estudió en el Instituto Escuela de Madrid, donde entabló gran amistad con el antropólogo Julio Caro Baroja (Los Baroja, 1978). Tenía grandes cualidades de inteligencia y carácter y la guerra le impidió licenciarse en derecho.

En 1937, Francisco Barnés es nombrado ministro plenipotenciario de primera clase con destino al consulado general de España en Argel (Gaceta, 3/09/1937), por lo que queda en situación de excedencia como catedrático de Geografía e Historia del Instituto Escuela (Gaceta, 29/07/1937), ocupando también al año siguiente al Consulado General de la Nación en Gibraltar (Gaceta, 29/09/1938), situación en la que permanece hasta el fin de la guerra civil.

En 1938 contraen matrimonio Petra Barnés (hija del ex ministro Francisco Barnés), y Francisco Giral (hijo del ex ministro y ex presidente de gobierno José Giral). Hecho este que sirve al Diario de excusa para una dura crítica contra los contrayentes: «los niños de los dirigentes rojos constituyen una fauna muy curiosa»; y contra los progenitores, dando datos, se dice, «sirvan para desenmascarar y conocer a fondo a esos personajes marxistas, de espíritu atrozmente corrompido» (DAV, 21/03/1938).

Finalizada la guerra, el Juzgado de Responsabilidades Políticas nº 1 de Madrid abre el procedimiento 290/1939, derivando en 1941 el depósito de los muebles embargados al juez instructor de Responsabilices Políticas de Ávila, Emilio Macho. Aparte, por Orden Ministerial de 29 de julio de 1939 (Gaceta, 18/08/1939), fue depurado como catedrático de Instituto, separado del servicio y dado de baja en el escalafón:

«Es pública y notoria la desafección de los Catedráticos de Instituto que se mencionarán al nuevo régimen imperante en España, no solamente por sus actuaciones en las zonas que han sufrido la dominación marxista, sino también por su pertinaz política antinacional y antiespañola en los tiempos precedentes al Glorioso Movimiento Nacional. La evidencia de sus conductas perniciosas para el país hace totalmente inútiles las garantías procesales, que en otro caso constituyen la condición fundamental de todo enjuiciamiento, y por ello, Este Ministerio [de Educación Nacional] ha resuelto separar definitivamente del servicio y dar de baja en sus respectivos escalafones a los señores Don Francisco Barnés Salinas…». En la misma fecha, se produjo también la depuración del catedrático Claudio Sánchez Albornoz, su compañero y amigo

17. EXILIO.

Perdida la guerra, ya nada había que hacer en España, así que los Barnés toma el camino del exilio: «Al exiliado le dejaron sin nada, al borde de la historia, solo en la vida y sin lugar; sin lugar propio. Y a ellos [los que se quedaron] con lugar, pero en una historia sin antecedentes. Por tanto, sin lugar también; sin lugar histórico» (Ni tontas, ni locas, 2009). En enero de 1939 la familia se instala en la ciudad francesa de Carcasona hasta su traslado a México. De las gestiones necesarias para viajar a América se ocupa José Giral, quien además de los miembros de su propia familia también tramita las autorizaciones de los Barnés: «Francisco Barnés, de 64 años, ex ministro; Dorotea González de la Calle, de 64 años, su esposa; Urbano Barnés González, de 35 años, médico e hijo de ambos; María Luisa Castro de Barnés, de 28 años su esposa; María Luisa Dorotea Barnés Castro, de 3 años, la hija de ambos; Germán García, médico de 33 años, su yerno, y Adela Barnés González de García, de 32 años, su esposa». Sin embargo, Francisco Barnés partió tiempo después en 1942 en el viejo vapor portugués y antes alemán ‘Nyassa’ (Euzko Deya, 10/06/1942).  

            Finalmente, a petición del Colegio de México, con fecha 27 de septiembre de 1946, un año antes de su muerte, Francisco Barnés suscribe el siguiente currículum resumiendo su trayectoria vital: «Nació en Algeciras, Provincia de Cádiz, en 1877. Vivió y se educó en la Universidad de Sevilla, donde hizo la carrera de Filosofía y Letras y los primeros cursos de la carrera de Derecho. Pasó luego a Madrid en cuya Universidad concluyó la carrera de Derecho y se doctoró en la de Filosofía y Letras. Obtuvo la cátedra de Geografía e Historia por oposición en el año de 1900 en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pamplona. Pasó después por permuta al Instituto de Ávila. En el año de 1920 pasó al Instituto Escuela de Madrid, centro creado no solamente para formar un nuevo tipo de educación en la Segunda Enseñanza sino también para la formación del personal dedicado después a las cátedras Secundarias y Universitarias. En Madrid siguió sus investigaciones sobre la Edad Media Española en el Centro de Estudios Históricos al mismo tiempo que se ocupó de la Historia del Arte Español.

Desempeñó en la política española varios puestos importantes que lo obligaron a marchar al destierro [junto a su familia] al caer la República en España. Llegó a México en mayo de 1942 y en este mismo año recibió de don Alfonso Reyes el encargo de ocuparse de la Historia de España en los cursos del Colegio de México. En los años 1943, 1944 y 1945, estuvo dedicado a cursos de Historia de España y de Historia Universal Moderna y Contemporánea en las enseñanzas del Colegio de México.

Durante el curso de 1946 está agregado por el Colegio de México al Museo Nacional de Historia, donde por encargo del director, Sr. Zavala, se ocupa de hacer un archivo que sea base de un diccionario de los pintores mexicanos con referencia a su escuela artística; en las respectivas notas se citan todas las obras que subsisten conocidas de estos pintores. Otro archivo bibliográfico recogerá la citación de todas las obras que se han ocupado de estos pintores señalando en cada una el aspecto que ofrezca interés para el estudio. Durante estos 4 años ha venido recibiendo del Colegio de México la subvención mensual de $300.00. Hizo también por encargo del Fondo de Cultura la traducción [del alemán] de la obra de [Karl] Brandi sobre Carlos V y ha estado siempre a la disposición de este centro para todo trabajo que se le ha encargado».  

[En el próximo capítulo IV y último, la saga Barnés]