Conferencia: «La Duquesa de Valencia, una mujer de película en Ávila». Día: 25 de octubre de 2022. Hora: 20:00 h. Luagar: Palacio de Los Serrano. Ávila.
El pasado 12 de octubre se cumplieron ciento diez años del nacimiento de Luisa María Narváez (1912-1983), la V Duquesa de Valencia, la noble aristócrata que vivió y murió en el conocido palacio abulense de los Águila, dejando a la ciudad el imponente legado de este patrimonio monumental para que fuera destinado a museo. Sólo por eso, su figura bien merece el reconocimiento que ahora le brindamos en estas fechas, aparte de su trayectoria vital que parece extraída de una película.
Coincidiendo entonces con esta efeméride, se ha programado una conferencia y coloquio con el título «La Duquesa de Valencia, una mujer de película en Ávila» que impartirá Jesús Mª Sanchidrián Gallego, Cronista Oficial de la ciudad de Ávila, el próximo martes 25 de octubre (20:00 h.), con acceso libre, en el auditorio Palacio de Los Serrano de la Fundación Ávila. El evento se enmarca dentro de las XIX Jornadas de Formación e Información Ciudadana que organiza la Asociación de Vecinos “Puerta del Alcázar” (Zona Centro, Ávila).
El acercamiento a la figura de la duquesa Luisa Narváez nos permite redescubrir la arquitectura palaciega del renacimiento y la herencia nobiliaria del esplendor abulense del siglo XVI, así como la riqueza de las colecciones de artes decorativas, pintura, cerámica, carruajes y otras piezas que se atesoraban entre sus paredes. Y a ello se une el protagonismo alcanzado por la duquesa en las postrimerías de la guerra civil, y sus éxitos en la cría caballar y las competiciones hípicas, además su relevancia social en la capital abulense, además del atractivo que su agitada biografía, siempre ligada a Ávila, despertó en medios de comunicación más allá del localismo provinciano.
Todo ya es parte de nuestra historia, por lo que este acercamiento no trata más que hacer pedagogía del personaje y dar a conocer la personalidad de la ilustre convecina, una mujer independiente que a su manera ejerció de “anti-sistema” y particular “feminista” marcada por una ideología llena de aristas, siempre a contracorriente, por la que sufrió persecución y que hoy día tampoco resistiría, probablemente, un consenso de aprobación.
Finalmente, su azarosa vida fue noticia frecuente en la prensa nacional y extranjera, de izquierdas y de derechas, tanto en páginas políticas como en las sensacionalistas y en los ecos de sociedad, izando siempre la bandera de la monarquía y acaparando titulares con los siguientes apelativos: revolucionaria, blanca, roja, aguerrida, furiosa activista, entusiasta, volcánica, extravagante aristócrata, exótica, temeraria, bellísima, intrépida, fuera de serie, monárquica hasta la médula, exquisita, inteligente, relámpago de amenidad, etc.
En cuanto al legado a la ciudad de la duquesa de Valencia, comprobamos que Ávila lleva más de tres décadas esperando ofrecer y hacer partícipe al gran público de la herencia cultural que Luisa María Narváez Macías donó en testamento otorgado en Ávila el 27 de diciembre de 1978.
Según su última voluntad, esta mujer monárquica pertinaz partidaria de don Juan de Borbón sucesor de Alfonso XIII, cedía al Estado el palacio llamado de Los Águila, situado en la calle Lope Núñez, en Ávila, frente a la calle del Lomo, con todos los muebles, ropas y enseres que había en ella y que suman más de dos mil piezas, con destino a la instalación de un museo. Después del fallecimiento de la duquesa en 1983, el Estado dio cumplimiento a su deseo testamentario y aceptó la cesión del patrimonio cultural palaciego comprometiéndose a destinarlo a museo (BOE 12/04/1985), y años después, en 1988, tomó posesión del mismo en un acto solemne con presencia de autoridades y descubrimiento de una placa de agradecimiento colocada en el zaguán.
A partir de estas fechas, se han realizado numerosas promesas y actuaciones para ejecutar el legado museístico de la duquesa de las que se quieren vislumbrar su fin, ahora que las obras de rehabilitación están en marcha siguiendo el curso de su lento devenir, y sobre cuyo periplo no entramos en estos momentos por ser de todos conocido.