Toda la luz se cobija
en un tiempo sin tiempo,
en los abismos lejanos
de un silencio que escribe
con letras de cristal
en el eco de un pozo
de estrellado misterio,
en el alba blanca de otra noche
donde tú te has perdido
en el sueño
que al volver
una vez más los ojos
solo encontró el vacío.
En este sueño albergo todo pronóstico de imposibles hallazgos de luz, no sé hasta dónde me acercaré cuando haya llegado hasta el fondo que se espande en el mutismo de las flores del frío.
No tengo ya nada que escribir que no haya escrito el fulgor de la niebla.