La esacritura es para Pasolini la forma más intensa de difundir su mirada en los territorios del dolor, en la angustia que le persiguió como un perro fiel. Pôética que en sus novelas se transforma en personaje sin obstáculos ni límites y que en el cine recorre la imaginería de todos los fantasmas que alimentó este hombre pleno de cultura y de clasicismo.
Murió (¿murió?)en el silencio de la noche, en el dolor de un drama que olía a venganza, a respuesta inmune por su valor y su genio, por la denuncia en cada uno de sus últimos pensamientos y sus últimas palabras...Pasolini nos envuelve en los poemas de todos sus libros con una atmósfera de cansancio y de sutil sedimento de vida. Hombre dotado de una capacidad sugeridora, intensa, sobria pero sedienta de belleza, compromiso y abrazo universal, elogio de la palabra y vendedor de emociones sin límite.
La antología publicada con motivo de su centenario es un completo y hermoso sendero de poesía y vida, "La insomne felicidad" que esconde todo lo que un hombre como Pasolini ha acaudalado en su despierta serenidad y en su inmenso desencanto.
¡Solo vive quien no ha nacido!
¡Vive porque vivirá y, y todo será suyo,
es suyo, fue suyo!
Se abre como una aurora
Roma, tras los meandros del Tíber,
grandilocuente de árb oles espléndidos como flores,
enlucida ciudad que aguarda a los aún no nacidos,
forma incierta como un incendio
en el incendio de una nueva prehistoria.
roma