Miro la oscuridad
y veo la sombra que se despereza en el silencio.
Me encuentro con el secreto vuelo de la noche
y elijo las palabras de la música
que al sonar en la misteriosa mirada del frío
son un reflejo de sutiles ecos de la perdida fragilidad
que en esta mirada oscura
de los signos se escapa, huye,
se refugia en mí como enrocada soledad
que abraza lo invisible.
Vivo en la noche como un náufrago
que hacia la última costa
se aleja sin ver la orilla
de su propio destino
albergando en su pálpito de lejanía
el único destino que esta noche
alimenta mis sueños.