Va cesando
como el frío espacio de la tarde, como el río
de la vida que pasa y nunca agota
su cansada corriente hasta que puede
descansar en el llano. Entonces busca
el recorrido de las hojas
al huir en las riberas
con pasos que residen en el última
fraternidad del frío.
Noviembre en esta tarde
recibe la mirada de las cosas
que se envuelven de sonámbulos sueños
en un lejano campo de encinares.
Ahora estamos sintiendo la fuerza
creada por las horas que se pierden.
Silencio.